Los pilotos austriacos utilizaron la nueva tecnología, la aviación, para lanzar bombas sobre las columnas en retirada en lo que se ha llamado «el primer bombardeo aéreo de civiles».
Once mil serbios más murieron posteriormente de las enfermedades, desnutrición o hipotermia que les habían aquejado en la retirada.
[9] Los búlgaros comenzaron a arremeter contra las posiciones fronterizas serbias el 11 de octubre, sin declarar previamente la guerra al reino vecino.
[12] El alto mando serbio tenía que defender un largo frente de mil doscientos kilómetros contra frente a tres ejércitos, sin gran apoyo de los Aliados, por lo que optó por replegar sus fuerzas hacia Kragujevac y Niš.
El ejército serbio, muy inferior en número, defendió tenazmente Prokuplje durante dos días, pero finalmente tuvo que retirarse.
[16] Albaneses hostiles a los serbios los atacaron con métodos guerrilleros y aniquilaron destacamentos débiles, en venganza por la represión que habían sufrido tras la entrega de la provincia por parte del Imperio otomano a Serbia y Montenegro dos años antes.
El vaivoda Putnik ordenó el 23 de noviembre a las fuerzas serbias que agotaran las últimas municiones de artillería y luego enterraran los cañones, llevándose consigo las recámaras y las miras; si era imposible enterrar las armas, debían inutilizarse.
[24] Essad Bajá Toptani, dirigente albanés, exgeneral otomano aliado serbio y la única autoridad central que quedaba en Albania, brindó protección donde pudo, pues no controlaba todo el país.
[26] La columna septentrional cruzó el sur de Montenegro, desde Peć hasta Escútari, pasando por Rožaje, Andrijevica y Podgorica.
[28] El Primer Ejército debía organizar el repliegue a Andrijevica, para lo que ocupó posiciones en Rožaje.
[30] Oficiales serbios y artilleros destacados en Montenegro entregaron más de treinta cañones al ejército montenegrino.
[13] En ella viajaban el rey, el príncipe heredero, los principales funcionarios de la Administración y el alto mando del Ejército.
Por su parte, las tropas que se retiraban desde Macedonia cruzaron el Puente del Visir y prosiguieron con rumbo al oeste, hasta alcanzar Alessio.
Aunque tenía la ruta más corta hasta el mar, encontró cierta resistencia al avance por parte de los albaneses hostiles.
Francia y el Reino Unido sí habían enviado alimentos, pero estos se hallaban aún en Brindís, en Italia.
[34] Esta decisión, tomada principalmente por franceses y británicos, se llevó cabo sin consultar con las autoridades griegas.
Otros cinco mil refugiados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, fueron llevados a Córcega, acompañados por miembros del Fondo de Ayuda a Serbia y del hospital militar de Mujeres Escocesas.
[31] Según las estadísticas oficiales de 1919, 77 455 soldados serbios murieron y 77 278 fueron dados por desaparecidos en la retirada.
Las aguas en torno a la isla jónica de Vido se conocen como «el cementerio azul» (en serbocroata, plava grobnica) por los cadáveres que los navíos franceses sepultaron en ellas durante la evacuación.
[40] El mariscal de campo Putnik viajó a Francia para recibir tratamiento médico, donde murió al año siguiente.
[41] Cerca de cinco mil refugiados serbios, en su mayoría mujeres y niños, fueron recogidos en Albania y enviados a Córcega; los atendió el personal del hospital militar de Mujeres Escocesas, que los había acompañado en el periplo hasta la costa merced a la financiación del Serbian Relief Fund (Fondo de Socorro Serbio), con sede en Londres.
[4] Se la denomina, utilizando simbolismo bíblico, el «Gólgota albanés», un sacrificio sagrado al que siguió la «resurrección» nacional con la victoria final en la contienda.