Gran Logia Simbólica Española

Se diferencia de la tradición inglesa, que es la “masonería regular”, en que esta última tiene como requisitos los primeros y originales, entre ellos, creer en un dios revelado, y no permite el acceso a las mujeres, Aunque colabora activamente incluso con acuerdos firmados con la Gran Logia Femenina de España.

Su condición de mixta o igualitaria quiere decir que, en nombre del principio esencial de la Igualdad, acoge en sus Logias tanto a hombres como a mujeres sin la más mínima diferencia ni en derechos ni en obligaciones.

El término liberal, en este contexto, significa que en la GLSE no existen cargos vitalicios: todos sus representantes son elegidos libremente por todos los masones y masonas para un periodo fijado que solo puede renovarse una vez.

Varios de los primeros promotores procedían del exilio europeo y americano.

Otro momento decisivo en la historia de la GLSE llegó en 1992, durante el mandato del segundo Gran Maestre, Roger Leveder Le Pottier.

La primera mujer que ingresó en una Logia de la GLSE fue Josefina Saló.

En el año 2000, una mujer (Ascensión Tejerina) fue elegida Gran Maestre por primera vez.

Pero el espaldarazo definitivo a ese esfuerzo llegó en 1998, cuando CLIPSAS volvió a reunirse en España (esta vez en Barcelona) y se eligió presidente al cuarto Gran Maestre de la GLSE, el abogado y escritor vasco Javier Otaola Bajeneta.

La Gran Logia Simbólica Española pertenece a las siguientes organizaciones masónicas:

Sello de la Gran Logia Simbólica Española
Sede central de la Gran Logia Simbólica Española en Barcelona