La gramática del idioma sánscrito tiene un sistema verbal complejo, declinación abundante, y uso amplio de compuestos.
Esto dio lugar a una tradición rigurosa y sofisticada del análisis lingüístico, sobre todo respecto a la fonética y la gramática, cuya cima fue la obra magna de Pāṇini, que eclipsó todas las obras anteriores.
Con los sustantivos, este patrón no siemple se cumple: hay una tendencia a fijar una sola forma con acento, así que kṣam tiene kṣā́mas (grado-2) y kṣmás (grado-0), pero vāc [C] tiene siempre grado-2.
[19][20] La conjugación en el sánscrito presenta cinco ‘dimensiones’: número[τ], persona[υ], voz[φ], modo[χ] y tiempo[ψ], con las siguientes variables:[21] futuro perifrastico, futuro simple, condicional Además, los participios se consideran parte del sistema verbal aun no siendo verbos en sí.
[27] Además, los nombres tienen género gramatical, al igual que los adjetivos t. Los variables son:[28][29] dativo, ablativo, genitivo, locativo, vocativo El sistema más antiguo de declinación en el protoindoeuropeo, heredado por el sánscrito, consistía en añadir una terminación directamente a la raíz.
Generalmente, la clasificación es: Las terminaciones afijadas al nombre de clase pueden sufrir modificaciones en algunos casos, e incluso ser completamente reemplazadas por otras formas.
[32][33][34] La derivación morfológica en sánscrito se divide en los siguientes tipos:[35][36] El sánscrito hereda de su progenitor el protoindoeuropeo la capacidad de formar palabras compuestas[αλ], también utilizada extensamente en idiomas relacionados como, sobre todo, alemán, griego e inglés.
[37][38] Los indeclinables son palabras que no sufren alteración de caso, número ni género.