[7] Sin embargo Martín Sánchez opina que la dureza de las críticas en Gracia y Justicia fue menor —y con un tono más «socarrón»— que en el El Siglo Futuro, más agresivas estás últimas.
[9] Se destacaron especialmente los ataques contra Manuel Azaña, quien habría sido «la gran obsesión de la revista».
[13] Respecto a sus afinidades, desde los primeros números Gracia y Justicia se identificó con las opciones políticas más extremistas de la derecha española.
En este sentido, se ridiculizó la incipiente democracia mediante diversos recursos satíricos (publicando su esquela de defunción,[b] representándola como una vieja de rostro cadavérico,[c] o mediante calificativos despectivos[d]).
La clausura de Gracia y Justicia se produciría, efectivamente, pocos días después.