Gracián Babán
En esa misma época, por ejemplo, se contrató a Bruno Falqués como corneta y a Jusepe Espinós como bajon, y se premió al sacabuche Jusepe Espinós con 20 escudos.[1] Ese mismo año se le asignó «una perpetuación» para poder ordenarse a petición de Babán.El arreglo debió disgustar a Babán, que en 1657 dejaba de figurar en las actas catedralicias.Fue el último maestro en que no se harían oposiciones para el cargo.El informe presentado por los jueces daba como ganador por unanimidad a Luis Vicente Gargallo de entre seis pretendientes:[1]