Destacaron sus trabajos sobre la cartografía histórica y la geografía catalana, así como aquellos que realizó durante su exilio en América del Sur.
Fue hijo del diplomático destinado en la embajada española de París, y también geógrafo, Gonzalo de Reparaz y Rodríguez-Báez, con quien compartiría buena parte de su infancia viajando, en Marruecos, Argentina, Brasil o Berlín.
[2] Llegó a Francia con la idea de finalizar y defender su tesis doctoral, lo que llevó a cabo en la Universidad de Toulouse en 1940 (Histoire de la géographie d’Espagne, dirigida por Daniel Faucher).
En esta época se convirtió profesor de la Universidad de Burdeos en la Francia ocupada y complementaba su sueldo como profesor de lenguas, ya que hablaba francés, alemán, castellano, catalán, inglés, italiano y portugués.
A pesar de tener empleo en Burdeos decidió trasladarse a Prada de Conflent, donde pasó el resto de la guerra como otros exiliados catalanes (Joan Alavedra, Puig y Cadafalch, Pau Casals, por citar algunos con quienes tuvo relación en este período).