Cultiva la geografía en todos sus aspectos para extender el conocimiento del pueblo catalán y reunir y publicar los trabajos de quienes se dedican.
Tuvo que interrumpir sus actividades durante la guerra civil española y al terminar la mayor parte de sus miembros se exiliaron.
En 1976 contactó con los jóvenes universitarios y desde 1977 actúa de forma oficial.
Concede el premio Eduard Brossa para el conjunto de nombres de lugar de una localidad catalana, el premio Lluís Solé i Sabarís desde 1986 y el premio Lluís Casassas i Simó para estudiantes o jóvenes licenciados en geografía desde 1996.
Sus publicaciones son Revista Catalana de Geografía (1978-1982) y Trabajos desde 1984.