Tanto su padre como su hermano sirvieron igualmente en esa institución.
[2] Gonzalo Rivas Cámara había vivido los últimos 20 años de su vida en Chilpancingo, Gro.
Ante este hecho, los estudiantes cruzaron la avenida a otra estación de gasolina donde lograron llenar un contenedor de plástico y retornaron a la primera gasolinera para incendiarla como represalia por la negativa.
[5] En ese momento, Rivas Cámara se encontraba en la estación llevando a cabo su trabajo.
Si bien logró cerrar las válvulas de gasolina[2] e impedir que el fuego se extendiese a los depósitos (cien mil litros de gasolina),[3] el fuego alcanzó el contenedor de plástico que los estudiantes habían dejado junto a la bomba, el cual al derretirse ocasionó una llamarada que alcanzó a Gonzalo Rivas provocandole quemaduras de tercer grado en 35% de su cuerpo.