El municipio se encuentra situado a unos 36 km de la capital provincial.
El relieve del municipio está definido por un pequeño altiplano de La Manchuela, en el que el pueblo ocupa la zona más elevada.
La tradición, no recogida en ningún documento, narra que la fundación del pueblo se remonta a la época romana y visogoda, ya que el topónimo Golosalvo está formado por el prefijo germánico golo y la terminación latina albo.
Los más viejos del lugar hablan de una cueva cercana a la población llamada Golosalvillo, donde, según ellos, estuvo la antigua localidad.
En su iglesia parroquial del siglo XVII se pueden admirar, además de esta escultura, las barrocas de la Virgen del Rosario y San Simeón; esta última atribuida también a Salzillo.