Fue encontrada en febrero de 1934, por pura casualidad, por un agricultor mientras estaba cavando en el paraje denominado "El Vallejo de las Viñas", que se encuentra en la loma situada frente al actual emplazamiento del pueblo.
El topónimo deriva del árabe ابن جبر (ibn Ǧabr, «hijo de Yabr»).
Limita con los siguientes municipios: Jorquera, La Recueja, Alcalá del Júcar y Fuentealbilla.
Sin embargo, hay otra teoría en la cual se defiende un origen íbero.
En una casa particular se halló una estela de época romana.
Desde antiguo, estas actividades se complementaron con el comercio, siendo el oficio de arriero un oficio común entre los vecinos de la localidad en los diferentes censos realizados en épocas antiguas.
Cabe destacar desde finales de los años 70 hasta final de siglo XX el carácter emprendedor del pueblo de Abengibre, centrando como motor económico del municipio la venta ambulante, sobre todo en la venta del melones y sandías, que se compraban directamente a los agricultores que las cultivaban en zonas de Andalucía, Levante y La Mancha, y que se transportaban y se vendían en Cataluña, Levante, provincia de Albacete, etc. A principios del siglo XXI empezó a cobrar importancia el sector secundario, con la implantación de industrias enfocadas a la transformación de la madera, legumbres y derivados cárnicos.
En su interior alberga un lienzo del siglo XVII que representa a San Miguel Arcángel con influencias de la Escuela Sevillana.
En el año 1776, Isidro Carpena Lorenzo, talla y ensambla el retablo del altar mayor.
En el año 1800 se amplían las capillas laterales, separadas de la nave central por arcos formeros.
Contigua a ésta, está la capilla de Nuestra Señora del Rosario; ésta fue la única talla que no se quemó durante la Guerra Civil, ya que en el momento del saqueo de la iglesia, una mujer, envolviéndola en una manta, la sacó de la iglesia por la sacristía y la escondieron en una cueva, la cual tapiaron para que no fuese descubierta.
Tampoco se destruyó una talla del Niño Jesús, conocida popularmente como “El Niño de la bola”; desde que terminó la contienda se desconoce el paradero de dicha talla.
Así, todos los abengibreños que viven fuera y que regresan al pueblo a pasar las vacaciones, pueden disfrutar de su patrón y participar en el traslado de San Miguel en agosto a su ermita.