La zona cuenta con numerosos servicios y comercios, así como con una excelente comunicación con el resto de la ciudad de Madrid y el área metropolitana, lo cual la convierte en un punto muy atractivo para residir junto al centro.
La configuración actual de la glorieta se definió tras la guerra civil española, cuando en los años 50 se impulsó un Plan Especial sobre la calle del General Ricardos para la reconstrucción y regeneración del área, gravemente afectada por el conflicto.
Además, en las inmediaciones se encuentran otras vías relevantes como el Paseo del Quince de Mayo y la Calle Jacinto Verdaguer.
El vecindario cuenta con una baja criminalidad en comparación con otras áreas más concurridas de Madrid, lo que la convierte en una opción atractiva tanto para familias como para personas que buscan vivir en un entorno apacible sin renunciar a la cercanía con el centro.
Su diseño sobrio, pero funcional, facilita la fluidez del tráfico y se adapta a las importantes vías que confluyen en ella.