Calle del General Ricardos

Esa configuración es la que ha llegado hasta nuestros días y, aunque haya tenido diversas remodelaciones, no ha variado a grandes rasgos con la que se definió en ese Plan Especial.

La calle atravesaba los antiguos barrios de las Pavas, del Tercio y Terol.

El banquero hizo una sencilla reflexión: "Hoy transitan entre Madrid, los Carabancheles y Leganés 1.100 personas diarios, 40 jinetes, 70 coches-ómnibus con 1.000 viajeros, 10 coches de alquiler con 25 plazas y 12 coches particulares con 40; es, pues, un tránsito de 2.205 viajeros a los que hay que sumar los 50.000 transeúntes que diariamente circulan entre la Plaza Mayor y el Puente de Toledo.

Las tarifas se establecían en función de la longitud del recorrido, e iban desde los tres céntimos hasta el billete más caro, a Leganés, que costaba una peseta.

En 1890, y dada la gran distancia entre Madrid y el pueblo de Leganés, el servicio se redujo a dos viajes diarios de ida y vuelta, al tiempo que la tracción animal de los coches era sustituida por los tranvías eléctricos que circulaban a una velocidad de "vértigo": los tranvía a caballos circulaban a 9 kilómetros por hora, y con los nuevos tranvías eléctricos la velocidad aumentó hasta 20 kilómetros por hora.

Sin embargo, una crecida del río lo destruyó poco después, obligando a proyectar uno nuevo en 1671.

En 1680, recién terminado el nuevo puente, otra riada lo volvió a destruir.

En cada extremo del tablero se extienden sendas rampas que enlazan con cada una de las orillas.

En el siglo XX comenzó a pensarse en la protección del monumento, que por el paso de los años y el tráfico soportado, comenzaba a dar muestras de deterioro.

No obstante, la autopista discurría paralela a ambos lados del río pasando bajo los arcos del puente y dejó marcado tanto su entorno como el de todo el río Manzanares.

Están situadas aguas abajo del actual, a una cota de ocho metros por debajo de la actual carretera, y se estudia mantenerlas en el mismo lugar una vez restauradas.

Así, en 1832 la finca es comprada por la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII, quien inmediatamente comenzaría su engrandecimiento, comprando fincas adyacentes hasta alcanzar 44 en 1836 y 50 hectáreas cercadas.

El acceso principal a todos estos edificios está por la calle General Ricardos, 177.

La calle ha sido objeto de numerosas reformas e intervenciones concretas para darle cada vez más entidad.

Esto gerneró una fuerte protesta vecinal por el empeoramiento general de la calle.

3.- La realizada siendo concejal de Carabanchel Carlos Izquierdo en 2009 por la que se volvió a la configuración anterior pero con muchas novedades.

B) Renovación de pavimentos, alumbrado público y mobiliario urbano.

El objetivo fue ofrecer a los ciudadanos una infraestructura ciclista segura y cómoda para sus desplazamientos cotidianos.

Esta actuación permitió recuperar espacio para el peatón, creando dos nuevas zonas estanciales: A) En el suroeste de la plaza, donde la vegetación define la percepción atmosférica, protegi- da del tráfico por parterres con arbustos y arbolado.

B) El tercio noreste de la plaza, donde se sitúa la salida del Metro, tendrá un carácter más comercial.

El puente de Toledo (Carabanchel) a su paso por el parque Madrid Río . El Puente de Toledo es la puerta de entrada histórica a Carabanchel desde Madrid.