[3] La calle que ha quedado en el siglo xxi es apenas una sombra del proyecto original, absorbido por la extensión del casco urbano de la capital y sometido a sucesivas fases de transformación y especulación.Ya antes habían desaparecido proyectos comunitarios como el teatro, circo y parque de recreo veraniego de la barriada,[7] ocupado desde 1933 por los estudio cinematográficos CEA.En 1897 se creó la revista La Ciudad Lineal que pasó a llamarse La Ciudad Lineal, revista de Higiene, Agricultura, Ingeniería y Urbanización; y aún durante la Guerra Civil, apareció La Voz de la Barriada.[12] Entre los escasos ejemplos que han sobrevivido al paso del tiempo y la especulación inmobiliaria, pueden mencionarse:[d] Ideado por el propio Arturo Soria y dirigido por Ricardo Ruiz Ferry,[16] se construyó a la altura de lo que luego sería el número 323 de la calle, el velódromo de Ciudad Lineal.[18][19] Otro gran complejo desaparecido fue el ya mencionado parque de la Ciudad Lineal con teatro-circo, frontón, casino, restaurante y variadas atracciones, incluidas una noria, un tobogán y una mágina voladora;[20][21] el parque fue ocupado por las industrias cinematográficas C.E.A., que serían a su vez demolidas en 1966.
Estatua de Arturo Soria en el viaducto sobre la autopista de Barajas, luego avenida de América, construida en la década de 1950.