En el Teatro Bellas Artes de su ciudad natal, existe una sala-museo o exposición permanente sobre la cantante.
Fue por entonces cuando conoció a la entonces célebre cantante Marta Oliver, quien advirtió el talento vocal de la joven Paca.
Fue en esa época en donde cantó «La Violetera» y «El relicario», dos canciones compuestas por José Padilla que hizo muy famosas.
El mismo año, Raquel celebró sus primeros triunfos en París (Olympia), Argentina, Uruguay y Chile.
En 1926 hizo una gran gira por los Estados Unidos, recorriendo Nueva York, Filadelfia, Chicago, Boston, Baltimore y Los Ángeles.
Superó en popularidad e ingresos durante varios años a estrellas como Carlos Gardel y Maurice Chevalier.
Su voz, belleza, elegancia, grandes ojos negros y su talento como cupletista le garantizaban el estrellato.