Por sus esfuerzos, y su conocimiento enciclopédico, se ganó el sobrenombre de "El Gran Assemani".
[1] Su apellido está relacionado con varios distinguidos orientalistas y miembros del clero.
[2] Siendo muy joven, en 1703, fue enviado al Colegio Maronita en Roma y de allí fue trasladado a la biblioteca apostólica vaticana.
[3] Assemani se graduó en 1709 y su talento (en ese momento había escrito ya tres ensayos sobre gramática y teología sirias) no pasó desapercibido para el Papa Clemente XI, que lo mantuvo en Roma y le ordenó que catalogara los manuscritos cristianos antiguos traídos en 1707 de Egipto por su hermano Elías.
De 1715 a 1717 fue enviado a Uadi Natrun, el Cairo, Damasco y Líbano para buscar manuscritos valiosos y regresó con cerca de 150 seleccionados,[3] con los que formó una colección en la Biblioteca del Vaticano.
Hay una versión abreviada alemana realizada por August Friedrich Pfeiffer (Erlangen 1770-77)[8] y una reimpresión (Hildesheim, Nueva York: Olms o.J.