Giulio Acquaviva d'Aragona (Nápoles, 1546 – Roma, 1574) fue un eclesiástico italiano, cardenal de la Iglesia católica durante el papado de Pío V.
Un tercero, Rodolfo, martirizado en Goa, fue beatificado a finales del siglo XIX.
Establecido en Roma y encaminado a la carrera eclesiástica, en 1566 fue nombrado referendario de los tribunales apostólicos de Justicia y Gracia, y dos años después el papa Pío V le encargó viajar a España para dar el pésame al rey Felipe II por la muerte del príncipe Carlos, e inducirle a la defensa de la inmunidad eclesiástica en el ducado de Milán, donde el gobernador español Gabriel de la Cueva disputaba con el arzobispo Carlo Borromeo por cuestiones de jurisdicción.
A pesar de sus capacidades diplomáticas, alabadas por el nuncio permanente en Madrid Giovanni Battista Castagna, la embajada parece no haber tenido mucho éxito.
En tal condición asistió en la muerte de Pío V y fue cardenal elector en el cónclave de 1572 en que fue elegido papa Gregorio XIII.