Giovanni Antonio Viperano
[2] Tenía otros tres hermanos: Pietro, Giusseppe y Gaspare.En 1553 se traslada al continente para empreder una labor docente en el colegio jesuita de Gubbio y un año después en Perugia, donde también enseñó en la universidad.[1] Su talento para el púlpito pronto extendió su reputación y le ganó la benevolencia del cardenal de Granvelle, entonces virrey en Nápoles.En un viaje a España (1565-1566), recibió una buena acogida del rey Felipe II, que le invistió con el doble título de su capellán y su historiógrafo.Sus restos fueron enterrados en una capilla de su catedral, donde su sucesor hizo erigir una tumba para él decorada con un epitafio honorífico.