Es venerado como santo en la Iglesia católica, cuya fiesta celebra el 4 de marzo.
A los quince años entró en el seminario diocesano de Vicenza.
Ocupó varios ministerios: la enseñanza en el seminario (18 años), la capellanía en la parroquia de S. Pedro en Vicenza (10 años) y la participación en distintas instituciones culturales, espirituales y caritativas de la ciudad, entre ellas la dirección de la escuela pública primaria y superior.
El mismo redactó las Constituciones, las cuales permanecieron en vigor hasta 1905.
Como obispo se caracterizó por colocar en práctica un amplio programa de renovación, desarrolló una obra pastoral orientada a la formación cultural y espiritual del clero y de los fieles; Convocó un Sínodo diocesano, el primero desde 1689; instituyó numerosas confraternidades para socorrer a los pobres y sacerdotes ancianos y para la predicación de Ejercicios espirituales; y propagó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, a la Virgen María y a al Santísimo Sacramento.