Su contenido es mal conocido: los textos antiguos presentan al gimnasiarca o bien como el responsable del gimnasio, o bien como el simple organizador de las lampadedromías (carreras de antorchas) durante las fiestas religiosas.
[3] Los gimnasiarcas eran elegidos por el arconte rey de una lista presentada por las tribus.
[4] Concretamente, su tarea consistía en seleccionar a los atletas de su tribu y a un entrenador, para mantenerlos durante su preparación y proporcionarles el material.
Si su equipo ganaba el concurso debía dedicar un monumento a los dioses.
En el siglo V a. C., los ricos Alcibíades,[5] Nicias[6] y Andócides[7] asumían la liturgia.