La suspensión cardán (del francés cardan, por alusión a Girolamo Cardano, 1501-1576, médico y escritor italiano) es un mecanismo de estabilización que funciona mediante la suspensión, consistente en dos aros concéntricos cuyos ejes forman un ángulo recto, lo cual permite mantener la orientación de un eje de rotación en el espacio, independientemente del movimiento del soporte.
[1][2] La suspensión cardán fue descrita por primera vez por el inventor griego Filón de Bizancio (280–220 a.
[3] Así, no fue hasta 1965 que el sinólogo Joseph Needham sospechó de una interpolación árabe.
Así, fortaleció la sospecha de que es una copia leal al original helenístico.
A principios del período moderno, las brújulas usaban la suspensión cardán.
Para lograr esto, las señales de error del giroscopio pasan por “resolvedores” montados en los tres cardanes.
Los cardanes giroestabilizados que albergan múltiples sensores también son utilizados para aplicaciones en vigilancia aérea, e incluye inspección de tuberías y líneas eléctricas, cartografía, e ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento).
Los cardanes mecánicos tienen la parte superior donde se fija la cámara, el poste en el cual muchos modelos pueden ser extendidos, con el monitor y las baterías situados en la parte inferior para contrarrestar el peso de la cámara.
Así es como la Steadicam se mantiene erguida en posición vertical, simplemente haciendo que la parte inferior sea levemente más pesada de la superior, girando en suspensión cardán.
Así, se permite un control hábil de todo el sistema con un ligero toque del cardán.
Una unidad de medición inercial (IMU) responde al movimiento y utiliza sus motores individuales para estabilizar la cámara.
Los cardanes se pueden montar en vehículos, como coches o drones, en los que las vibraciones o movimientos repentinos harían que un trípode u otro soporte de la cámara no diera los resultados apropiados.