Giluhepa —también conocida como Gilu-Hepa, Kilu-Hepa, Kilukhipa, Giluheba o Kirgiba—[1] fue una princesa de Mitanni, hija de Shuttarna II, que se casó con el faraón egipcio Amenhotep III hacia el año 1380 a. C. El reino de Mitanni era un estado situado en el Norte de Mesopotamia que había conseguido formar y mantener un próspero y naciente imperio durante el siglo XV a. C. No obstante, la política expansionista egipcia, los nuevos reyes guerreros hititas y la prosperidad económica del Imperio babilónico comenzaron a hacer peligrar la estabilidad de aquel país, situado entre tantos fuegos.
Se cree que Giluhepa fue ascendida al rango de Gran Esposa Real, pero, al contrario que la esposa principal de Amenhotep III, la reina Tiy, la mitannia no ocupó un papel determinante en el gobierno, y se limitó a residir en el harén real y a simbolizar la alianza de ambas naciones.
Sus huellas se pierden nada más entrar en Egipto, y se llega a pensar que habría muerto antes del año 36 de Amenhotep III, cuando llegó a la corte una nueva princesa mitannia, la joven Taduhepa.
En este lapso, Tushratta envió algunas cartas a Amenhotep III donde se quejó por no haber sabido nada de su hermana Giluhepa y solicitaba una estatua suya de oro puro como pago.
Las condiciones de vida en los harenes reales no debía ser nada mala, sino todo lo contrario, y aunque no se descarta la posibilidad de que Giluhepa muriese al poco tiempo debido a una enfermedad o a alguna intriga palaciega, bien es posible que tomase un nombre egipcio, diluyéndose para siempre en la historia.