Quizá por esto, la etimología de estos nombres ha dado lugar a las más diversas teorías.
Juan L .García Alonso[4] establece como étimo la forma *Cic-y-a y la hace derivar de la raíz *Kik- ‘brotar, chorrear’ consignada en el viejo irlandés cich ‘mama’, galés cig ‘ubre’, córnico chic y bretón quic, además de en el topónimo británo de Cicucium y otros muchos del área céltica compilados por Alfred Holder.
Teniendo en cuenta que los desarrollos nasales suelen actuar con función locativa (Tamag-ones, 'los del Tamega'; Sel-inos, 'los del Salia') la forma original podría reconstruirse como Cigur(i)nos o Gigur(i)nos, coincidente por otra parte con el “Foro Gigurnion” que transcribe el anónimo de Ravenna (4,45).
El teónimo indígena Conso era desconocido bajo esta forma,[8] aunque sí en otras grafías derivadas de Cosus.
Por la paleografía y la disposición de los elementos en el epígrafe se fecharía en el segundo tercio del siglo I d. C. Conso con grafía -ns- debe interpretarse como una forma menos evolucionada que las más frecuentes Coso, Cossue, etc., previa a la asimilación del grupo -ns- en -ss-.
Q(uintus) Iul/[ius] Tiro / Tilleno / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) (Ourense, Barco de Valdeorras).
Con la llegada y conquista por parte de los romanos y la posterior romanización, su centro se erigió en "Forum Gigurrorum", cerca de A Rua, una estación sobre la vía XVIII, que unía Bracara Augusta (Braga) con Asturica Augusta (Astorga), capital del convento jurídico asturicense, del que formaban parte los gigurri.
Aunque varias de las minas debieron de ser abandonadas a partir del siglo III d. C., la producción, en menor escala, continuaría posteriormente, como lo demuestra que durante el período visigótico se acuña moneda, bajo Viterico, Sisebuto y Suintila, con la leyenda Georres / Giorres, como en ese momento es conocido el territorio.