Su diario es una lectura popular, aun entre quienes no son cuáqueros, debido a su forma de narrar su recorrido personal.
Con este nombre (cuáqueros) se conoce hoy en día a los seguidores de su doctrina.
Oficio apropiado para su temperamento contemplativo, llegando a ser bien conocido por su diligencia entre los madereros que tenían negocios con su maestro.
En sus últimos años, escribió una carta de difusión general señalando que Abel, Noé, Abraham, Jacob, Moisés y David eran todos cuidadores de ovejas o ganado, y que una educación aprendida no debería ser vista como un requisito para el sacerdocio (Marsh 1847, 364).
Frecuentemente visitaba a Nathaniel Stephens, el pastor protestante de su ciudad, con quien mantenía largas discusiones sobre asuntos religiosos.
Stephens consideraba a Fox como un hombre joven dotado, pero los dos estaban en desacuerdo en muchos temas, por lo que más tarde Nathaniel trataría a Fox como un loco y hablaría contra él durante su carrera.
A pesar de hallarse en prisión, George Fox siguió escribiendo y predicando.
Se llevaban a cabo grandes reuniones, incluyendo un evento de tres días en Bedfordshire, el precursor del actual Encuentro Británico Anual.
En 1659, envió al parlamento su panfleto más políticamente radical, Fifty-nine Particulars laid down for the Regulating Things, pero la época era tan turbulenta que no se le hizo caso.