Estos gentilhombres sirven en el Palacio Apostólico cerca de la Basílica de San Pedro como cuerpo protocolario y ceremonial, como asistir a las Capillas Papales o recibir y acompañar a dignatarios durante las visitas de estado y otras ocasiones importantes.
Sin embargo, como miembros de la familia pontificia laica, no participan en la procesión papal, aunque ocupan un lugar especial en la asistencia a los ritos sagrados.
Se incluyen principalmente a personalidades que han adquirido méritos suficientes para la Santa Sede.
Ser un gentilhombre de Su Santidad es el mayor honor otorgado por la Santa Sede a un católico.
Según algunos medios de comunicación, la decisión también podría estar está relacionada por algunos escándalos protagonizados por ellos.