Antoine Charles Louis Lasalle
Llegó a ser húsar y general, convirtiéndose en el jefe de la llamada Brigada Infernal.Sus inclinaciones bélicas se manifestaron desde muy niño, demostrando enseguida una gran facilidad para montar a caballo, disparar y manejar la espada.Por esta razón Lasalle se ve obligado a dimitir de su puesto, pero esto no merma su pasión por la guerra y el ejército.Acepta misiones de "forrajeador" que le obligan a infiltrarse tras las líneas enemigas, donde podía tomar decisiones por su cuenta y riesgo.De esta forma, Lasalle sube automáticamente un nuevo escalón en la jerarquía del ejército.Al frente de su batallón consigue nuevos honores militares en la Batalla de Rivoli, donde expulsa a la caballería austriaca de las colinas circundantes, y en el Paso del Piave, conquistando Vadrozone y obligando a los austriacos a evacuar el río Tagliamento, siendo el primero en cruzarlo para continuar la persecución.En la Batalla de Rémedieh acude en auxilio del general Louis Nicolas Davout, que estaba siendo acosado por varios mamelucos.Ascendido a coronel, Lasalle hace el papel de "niño malo" dentro del cuerpo de húsares: borracho, jugador, parrandero y mujeriego, funda la Société des Assoiffés ("Sociedad de los Sedientos"), una iniciativa que escandaliza a toda la alta sociedad parisina salvo a Napoleón, que sería condescendiente con su joven y prometedor soldado comentando entre risas "se le pasará en la próxima batalla".Como consecuencia de esta acción, el comandante en jefe prusiano, general Blücher, se rinde en Lübeck.Sin pedir ayuda, Lasalle carga en solitario contra la patrulla y mata a su oficial al mando.Los otros 11 dragones le rodean fácilmente, pero ahora será Murat quien acuda en su auxilio junto con otros miembros de la Brigada Infernal, rescatando a Lasalle de una muerte segura mientras exclamaba "¡General, somos libres!".En julio del siguiente año el Emperador vuelve a condecorarle esta vez con la Cruz de Caballería.Aunque la guerra peninsular estaba lejos de haber acabado, Napoleón acude al frente este para luchar contra una nueva coalición antifrancesa liderada por Austria.Consiguen ponerlo en retirada pero, imprudentemente, Lasalle se lanza en su persecución y un granadero austriaco le alcanza con un disparo en la cabeza.Su muerte fue tal y como él hubiese deseado: instantánea y en pleno combate a los 34 años de edad (sólo cuatro más de los que él mismo se había fijado).