A muy alta presión, tal como la que se produce en el núcleo de las estrellas gigantes de gas, las moléculas mudan su naturaleza y el dihidrógeno se convierte en un líquido metálico (ver hidrógeno metálico).En la industria química y petroquímica se requieren grandes cantidades de H2.Los procesos fundamentales que consumen H2 en una planta petroquímica son la hidrodesalquilación, la hidrodesulfurización y el hidrocraking.Se emplea también en la fabricación del ácido clorhídrico y como agente reductor para minerales metálicos.Aparte de sus usos como reactivo, el H2 posee muchas aplicaciones en Física e Ingeniería.No obstante, aún se sigue usando para inflar globos sonda meteorológicos.Se ha hablado mucho del dihidrógeno molecular como posible portador de energía.[4] Además, la densidad energética del dihidrógeno líquido o gaseoso (dentro de unas presiones prácticas) es significativamente menor que los combustibles tradicionales.Si se confina en forma gaseosa, el contenedor tendría que soportar presiones de hasta 200 atmósferas.[7] El dihidrógeno gaseoso es muy inflamable y arde en concentraciones muy bajas en aire (4 % de H2).Por este motivo, es difícil detectar visualmente si un escape de dihidrógeno está ardiendo.[9] Otra característica de los fuegos alimentados por dihidrógeno es que las llamas tienden a ascender rápidamente con el gas a través del aire (algo que también se puede apreciar en las fotografías del accidente del Hindenburg), causando menos daños que los fuegos alimentados por hidrocarburos.El hidrógeno diatómico gaseoso, H2, fue formalmente descrito por primera vez por T. Von Hohenheim (más conocido como Paracelso, 1493 - 1541) que lo obtuvo artificialmente mezclando metales con ácidos fuertes.Tradicionalmente, se considera a Cavendish el descubridor de este elemento.En 1783, Antoine Lavoisier dio al elemento el nombre de hidrógeno (en francés Hydrogène, del griego ὕδωρ, ὕδᾰτος, "agua" y γένος-ου, "generador") cuando comprobó (junto a Laplace) el descubrimiento de Cavendish de que la combustión del gas generaba agua.La alta y rápida inflamabilidad del dihidrógeno gaseoso se dejó patente en la tragedia del dirigible Hindenburg en 1937, que se incendió cuando aterrizaba provocando la muerte de 35 personas.En el caso del aluminio, no solo se genera H2 cuando es tratado con un ácido, sino que también lo hace cuando se le trata con una base: La electrólisis del agua es un método simple de producir dihidrógeno, aunque el gas resultante posee necesariamente menos energía de la requerida para producirlo.La máxima eficiencia teórica (electricidad empleada frente al valor energético del dihidrógeno generado) es de entre un 80 % y un 94 %.También es posible obtenerlo mezclando sacarosa con cloro, a través de este proceso se libera hidrógeno molecular y como subproducto se obiene la sucralosa, la cual es empleada como edulcorante para regímenes dietéticos en sustitución del azúcar común.[15] La separación del agua, en la que esta se descompone en sus protones, electrones y dioxígeno, tiene lugar en las reacciones de la fase luminosa del metabolismo de los organismos fotosintéticos.[17] Existen otras rutas poco frecuentes, aunque mecanísticamente interesantes, para la producción de H2 en la naturaleza.El calentamiento intenso puede originar combustión violenta o explosión.Apagar con agua pulverizada, polvo, dióxido de carbono y halón.Ventilar las áreas cerradas para prevenir la formación de atmósferas inflamables o deficientes en dioxígeno.El dihidrógeno no es tóxico y está clasificado como un simple asfixiante.Por tanto, se prohíbe la entrada en áreas que contengan mezclas inflamables debido al peligro inmediato de incendio o explosión.El dihidrógeno se puede absorber por inhalación y a través de la piel.Al ocasionarse pérdidas en zonas confinadas, este líquido se evapora muy rápidamente originando una saturación total del aire, pudiendo producir asfixia, dificultad respiratoria, y pérdida de conocimiento.Como prevención se deben utilizar guantes aislantes del frío y traje de protección.Evitar poner los cilindros en áreas en las que haya sales y otros productos químicos corrosivos.
Prototipo de vehículo alimentado con hidrógeno.
En la imagen se aprecia la diferencia entre la llama de dihidrógeno (en los motores de la lanzadera, casi invisible) y las llamas de otros combustibles (en los cohetes propulsores laterales).
El dihidrógeno puede inflamarse rápidamente en el aire. Esto es lo que sucedió en el desastre del
Hindenburg
, el 6 de mayo de 1937.
Micrografía mostrando los
cloroplastos
en un tejido vegetal. Las hidrogenasas presentes en estos
orgánulos
son capaces de generar H
2
gaseoso.