En ocasiones han sido vistos alimentándose de biopelículas que se forman en la vegetación acuática submarina; estas biopelículas consisten en algas, diatomeas, bacterias y hongos.
Los alimentos microbianos asociados con perifiton o plantas acuáticas, como algas y bacterias, son esenciales para los anfípodos juveniles.
[5] Estos anfípodos a menudo son encontrados debajo de las piedras y entre la vegetación acuática submarina.
[2] En resumen, esta especie es muy sensible a la degradación del hábitat .
Las amenazas secundarias para estos organismos incluyen mecanismos regulatorios existentes inadecuados, área de distribución localizada, movilidad limitada, fragmentación del hábitat y cambio climático.
Un incendio en 2002 erradicó su población dentro del refugio al eliminar la cubierta vegetal que los protegía de la luz solar y depositar cenizas y escombros en su hábitat de agua dulce.
[8] En esta revisión de cinco años, se enlistaron cuatro objetivos.
No hubo cambios en la información biológica, las amenazas o la lista con respecto a la revisión previa de 5 años, debido a la poca investigación realizada acerca el crustáceo existente.
[8] Es importante colaborar con los socios conservacionistas para lograr los objetivos enlistados en la revisión de cinco años que, además, proveen de suficiente agua a las comunidades.
Esto es alcanzable y sucederá si se cumple esta lista de necesidades.
Primero, asegurar la supervivencia a largo plazo de la especie con el número, tamaño y distribución adecuados.
[8] También sería beneficioso realizar más investigaciones para comprender mejor los patrones de sus especies, la diversidad genética y luego poder identificar nuevos sitios para la introducción de especies.