Desde muy niña la profesión de sus padres la puso en contacto con el arte, en especial con el cine y con las artes plásticas.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano y más adelante se decidió por el cine y en 1978 fue asistente de dirección en el filme La rabona dirigido por su padre.
En 1985 volvió a trabajar como ayudante de su padre en La cruz invertida y en 1987 lo hizo en la coproducción internacional Tango Bar dirigida por Marcos Zurinaga, con Raúl Juliá, Rubén Juárez y Valeria Lynch.
Después de un intervalo en que se dedicó a la enseñanza, Gabriela David realizó en 2000 sobre su propio guion y con producción independiente, su primer largometraje: Taxi, un encuentro, muy bien acogido por la crítica.
En 2009 filmó su segundo largometraje La mosca en la ceniza, que gira en torno a la amistad de dos jóvenes del interior del país que mediante engaños son traídas a la gran ciudad para ser explotadas como prostitutas.