Al año siguiente dirigió un filme más ligero, Disputas en la cama y en 1973 Paño verde que, ambientado en la Buenos Aires de la década de 1940 mostraba la formación, ascenso y caída de una pandilla criminal.
También hizo obras del género costumbrista como La rabona (1978) y El bromista (1980), comedias que derivaban en dramáticas tomas de conciencia.
Al tiempo de fallecer se encontraba trabajando en dos proyectos con libro propio y coproducción con México y con Chile: Oliver en las Pampas, sobre el viaje del cómico Oliver Hardy a la Argentina, en 1913, y Las lloronas.
El director fallecido afirmaba: "El compromiso del cine que hago es de tipo humanístico.
Yo no temo decir que el compromiso de mi cine es con el hombre, no me mueve un falso afán de originalidad".