Fulgorán de Canabea

De esta relación nace un niño, Fulgorán, en un parto prematuro, como consecuencia del cual muere la reina Florela.

El niño es llevado al monte Etna en Sicilia por un gigante llamado Encélado, que vivía allí y era experto en nigromancia.

Se proclama la inocencia de la reina, aunque en realidad está encinta del Caballero Ardiente.

Una encantadora llamada la Sabia Doncella conduce al Caballero Ardiente de regreso al Viejo Mundo, donde sigue dando cima a asombrosas hazañas, hasta que se descubre su identidad.

Se enfrentan con las armas, pero su violento combate es interrumpido por la Sabia Doncella, quien revela a ambos su vínculo de padre e hijo.

La Sabia Doncella también presenta a Fulgorán otro joven hijo suyo, Ardandindo, del cual ella es la madre y que había sido concebido cuando viajaban junto desde el Perú, y le pide que lo arme caballero, lo cual efectúa Fulgorán.

La historia de Fulgorán con Zarzaparilla se repite en este libro, solo que la protagonista del ilícito amorío no es una reina peruana sino Claringia, esposa del rey Dardanor de Romería.