[1] Durante la Primera Guerra Mundial fue la fortificación guarnecida más antigua del frente austrohúngaro,[2] y es en la actualidad la única antigua fortificación de la cadena sur de barreras defensivas que aún se encuentra en suelo austríaco.
[5] Su posición se consideraba estratégica pues defendía un hipotético acceso al Tirol del Norte desde esta dirección.
Su capacidad defensiva no terminaba ahí, pues además cubría a ambos lados del desfiladero, con lo que contaba con una clara línea de fuego hacia el norte.
Fue diseñada dando gran importancia al equilibrio arquitectónico, que facilitaba a la vez su funcionalidad como estructura defensiva.
En el frontón del hastial en el lado norte puede leerse una inscripción en latín que hace referencia a los dos emperadores austríacos, bajo cuyo reinado fue erigida la estructura: Francisco I (1834), último emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y primero de Austria, y su sucesor, Fernando I (1840).
[3] Tras el estallido la guerra, se daba gran importancia a los «fuertes-barrera» erigidos en varios puntos de los Alpes austríacos.
Además contaba con una excavación interna («garganta») extendida tras un puente plegable (que se abría cayéndose, facilitando una rápida entrada de las tropas defensivas).