[7] Esta fuente –mal llamada del Obelisco[9]–, junto con la de los Galápagos, es una de las dos fuentes encargadas por Fernando VII para festejar el nacimiento de la princesa Isabel Luisa, luego Isabel II.
[10] Se encargó el diseño a Francisco Javier de Mariátegui (con la colaboración del cantero José Arnilla y del broncista Eugenio Alonso),[9] y la primera piedra fue colocada en el límite del paseo (plaza de Emilio Castelar en el siglo xxi) el 11 de octubre de 1833.
[10] Estaba dotada de un gigantesco pilón con surtidores laterales, con el monumental obelisco centrado sobre dos tazas de granito, la más alta con decoración vegetal, y adornado con unos amorcillos, rodeados por trofeos bélicos envolviendo un escudo de la monarquía española, compensado en el lado contrario por más amorcillos en torno a un escudo de Madrid, todo ello entre guirnaldas.
Como respuesta al estipendio borbón,[11] Juan Eugenio Hartzenbusch escribió este terceto en una epístola a Ventura de la Vega:[12] En 1869, el pilón fue sustituido por un jardincito, en torno al obelisco, y las esfinges se llevaron al parque del Retiro, en el espacio conocido como el Baño del Elefante.
[13] En 1914, el obelisco y las esfinges se instalaron en un nuevo pilón en la recién ajardinada glorieta que desde 1905 llevaba el nombre del ingeniero y ministro republicano Manuel Becerra (y que antes se conocía como plaza de la Alegría).