Defendió las rentas del colegio como abogado con un éxito feliz, actuación que le valió que, cuando sólo alcanzaba la edad de 24 años, la Real Audiencia de Santafé le recibió como abogado, habiendo obtenido así, casi simultáneamente también la cátedra de Derecho Canónico del mismo colegio donde había sido antes pasante de estudios, secretario y catedrático de leyes y por último preceptor del mismo claustro y su prestigio era tal que en concepto del general Pablo Morillo, Gutiérrez de Caviedes aprecia como uno de los principales revolucionarios en virtud de que era maestro de derecho público.
Después de eso fue elegido en 1815 como presidente de la Nueva Granada, pero por los problemas internos tuvo que deja el cargo a sus colegas.
Con la derrota Napoleónica en Europa, España vio la oportunidad perfecta para recuperar sus territorios rebeldes, así comenzando la época del terror, donde fue capturado cuando esperaba llegar a Venezuela y dirigido a Pore por órdenes del pacificador Matías D'Escute.
Y en este mismo mes de su fusilamiento, en Bogotá quemaban su retrato en la plaza mayor, acto que fue presidido por las autoridades españolas.
Con su muerte y la de muchos intelectuales ayudaría a unir la ideas entre los patriotas que se vería en la entrada triunfal del Libertador Simón Bolívar a Venezuela y la Nueva Granada con eso se lograría la unión de estas naciones en la Gran Colombia.