Los frijoles refritos, molidos, colados, volteados, chinitos o licuados son una guarnición típica en México y Centroamérica.[1] Su variante mexicana más popular se caracteriza porque los frijoles se muelen mientras se fríen en aceite o manteca, después de haberse cocido hervidos, y sirven como guarnición de platillos populares acompañados con totopos o tortillas; o como un ingrediente esencial de tostadas, tlacoyos, molletes, bocoles, sopes y huaraches.Dependiendo de la región puede ser queso Cotija, Adobera, tipo manchego mexicano, Oaxaca, Chihuahua, etc. Originalmente el término refrito implica freír 2 veces.En el caso de los frijoles fritos, tienen un sabor menos graso y con una consistencia más acuosa (o pastosa, menor viscosidad) que los refritos (más grasos y de consistencia más seca o semi-pastosa, mayor viscosidad) y eso le da una peculiaridad especial respecto a sabor.[2][3] Estos frijoles son usados para acompañar platillos de carne como el Poc Chuc o como relleno en platos como los Panuchos.