A pesar de todo ello, acabó su formación sin haber obtenido ningún título académico formal.
Al acabar sus estudios en 1888 encontró trabajo en la Oficina de Patentes como delineante, cobrando tres libras a la semana.
Lanchester logró, previsoriamente, que se excluyera del contrato antes de firmarlo.
Las regalías de dicho invento le reportaron diez chelines por cada uno producido en la Forward Engine.
Aproximadamente por las mismas fechas, desarrolló un segundo motor que funcionaba con benceno a 800 rpm.
También diseñó un motor de 5 HP (3,7 kW) con dos cigüeñales rotando en oposición para lograr más suavidad en el movimiento.
El chasis tenía forma de nuez y podía alojar a tres pasajeros en una fila.
[6] El automóvil de Lanchester estuvo terminado en 1895 y comenzó a rodar en 1896.
Sin embargo, era demasiado avanzado para el estado del arte y fue rechazado, mientras Lanchester se daba cuenta de que se necesitaría un motor con una relación potencia a peso (potencia específica) muy superior a los existentes.
[3] Desalentado por las respuestas a su teoría, se concentró en su trabajo automotriz durante los siguientes diez años.
Un segundo coche fue construido con el mismo motor y transmisión pero con un novedoso sistema de suspensión cantilever.
En 1990 el faetón de oro participó en las 1000 millas del Royal Automobile Club, completándolas con éxito con un solo fallo mecánico.
[3] Un nuevo motor de 10 hp (1 kW) apareció en 1901 y estuvo en producción hasta 1905, con algunas modificaciones menores.
Lanchester se convirtió en amigo de Rudyard Kipling, al que mandaba modelos en pruebas.
Le preocupaban las vibraciones, así que introdujo un amortiguador en el cigüeñal, patentando la idea.
Aunque no tuvo éxito en su país natal, generó interés en Alemania, donde Ludwig Prandtl validó matemáticamente su trabajo.
Durante este trabajo se esbozaron las ideas fundamentales de la aeronáutica, aunque no fue hasta el final de su vida cuando se le reconoció la influencia que tuvo en el área.
En 1909 Herbert Henry Asquith creó el Real Comité Asesor sobre Aeronáutica, del que Lanchester fue hecho miembro.
Intentó predecir el resultado de los combates aéreos que empezaban a desarrollarse.
En 1916 publicó un libro titulado "Aeronaves en la batalla: el amanecer del cuarto ejército", en la que usaba una serie de ecuaciones diferenciales que hoy se conocen como leyes de Lanchester para describir una batalla entre dos fuerzas enemigas.
Por entonces, la Lanchester Engine Company introdujo un nuevo motor de cuatro cilindros convencional, en competición con el Rolls Royce 40/50 hp.
Fue el último Lanchester, antes de que BSA comprara la compañía tras haber adquirido Daimler.
Además de ser un afamado ingeniero, entre sus intereses se encontraban el canto[12] y la poesía.