Fray León de San José (1708-1740), fue un misionero español del siglo XVIII, agustino recoleto, martirizado en las islas Filipinas.
Fue novicio recoleto, probablemente en Jarandilla, e hizo los votos en Madrid, en el desaparecido Convento de Copacabana [3] [4] , a los 22 años, donde aprendió tagalo.
[10] Fue sometido a la tortura conocida como el Ling Chi o «la muerte por mil cortes».
[17] El santo terminó siendo olvidado en la zona, aunque no tanto en su pueblo, gracias a que el obispo había ordenado pintar un cuadro de su martirio y colgarlo en la sacristía de la iglesia para memoria perpetua.
Mucho tiempo después, los agustinos recoletos de Filipinas se acercaron a Peraleda para honrar al santo regalando a la parroquia un cáliz inscrito que allí se guarda hasta el día de hoy.