Juan de Zumárraga

Fundó la primera capilla en honor a santa María de Guadalupe.El Emperador, al marchar, quiso hacerle una cuantiosa limosna que Fray Juan de Zumárraga rechazó en un primer momento y luego, cuando se vio obligado a aceptarla, destinó a los pobres.En el marco de estos enfrentamientos y en la frustración en las resoluciones de abusos a los indios, Zumárraga intentó ponerse en contacto con el Emperador Carlos I, al que, tras muchos intentos fallidos, logró exponer los problemas a los que se enfrentaba.Su actuación en este caso se vio criticada abiertamente por el Inquisidor General y el Emperador Carlos I por haber actuado contra los paganos conversos como si fueran de otra religión (la Inquisición solo actuaba con los fieles católicos) al plantear con claridad los alcances de la jurisdicción inquisitorial, determinándose dejar fuera de la misma a los indígenas, al considerarlos neófitos antes que herejes.[3]​ Las amonestaciones que Fray Juan de Zumárraga recibe por su labor como inquisidor le hacen plantearse el dejar México y partir para China, aunque finalmente desiste de ello.Zumárraga apoyó al virrey para pedir que se suspendiera temporalmente la ley, mientras se realizaban las consultas oportunas, ante el malestar causado entre los encomenderos y relajar así la tensión creada.Ese mismo año presidió la junta en la que se delimitaron las diócesis mexicanas.Al cargo de esa imprenta pone a Juan Pablos.Es probablemente el texto vasco en prosa más largo conocido anterior a los primeros libros en euskera.La Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el obispo Zumárraga y le expresara su deseo de contar con un templo en ese mismo sitio.Según la misma narración, Juan Diego acudió en repetidas ocasiones ante Zumárraga para contarle la petición de la Virgen y este no le creyó.Al final, le condicionó la construcción del templo a la presentación de una señal, para lo cual la señora del Cielo instruyó a Juan Diego para que cortara unas rosas de Castilla en el cerro y las llevara al obispo como prueba de la intervención divina.Al estar frente a Zumárraga, Juan Diego abrió el ayate y cayeron las flores, momento en que se imprime la imagen de la Virgen a la vista de los presentes.
Monumento a fray Juan de Zumárraga en el Parque de Ezkurdi de su tierra natal.
Cripta de los Arzobispos, con el monumento a Fray Juan de Zumárraga en primer plano.
La Virgen de Guadalupe