[4] Siendo muy joven entró en el convento de Santa Cruz del Real de Granada, en donde profesó y recibió el hábito de los dominicos, y estudió artes menores y teología.
[2] En 1517, fue llamado a Sevilla para enseñar en el Colegio Santo Tomás de Aquino.
[4] Fue elegido prior de su orden y era muy frecuentado por la nobleza de su ciudad para que fuera su confesor y guía espiritual, pues era tenido por persona muy sabia.
[2][1] Al poco tiempo de llegar a la Nueva España, convocó a un concilio provincial en 1555, con el fin de corregir los vicios y el desorden que había cundido en la joven Iglesia tras la muerte del primer arzobispo.
En 1565, convocó el Segundo Concilio Provincial Mexicano para implantar las nuevas disposiciones de la Iglesia establecidas en el Concilio de Trento, así como para formar nuevas constituciones para defender a los indígenas.