Fray Gonzalo de Illescas (Zurbarán)

En 1638, Zurbarán pintó —para el Monasterio de Guadalupe— la Misa del padre Cabañuelas, demostrando su destreza y capacidad para representar temas inéditos.

[1]​Al año siguiente se le encargaron a Zurbarán otros siete lienzos para dicha institución, siendo la presente obra uno de ellos.

Los libros evocan las sagradas escrituras y quizás, la biblioteca del monasterio, que se cuidó de enriquecer.

El gran cortinaje carmesí confiere a este cuadro un carácter de retrato real.

Las elocuentes manos están firmemente dibujadas, completando este retrato de un intelectual trabajando.