En 1941 se alistó en el ejército polaco, y luchó hasta el fin de la guerra en 1945.
En la zona se lo llamaba el barbudo de las piedras, vivía solitario, sin elementos de confort, aseándose en un río vecino, mientras que producía en forma incesante esculturas y grabados en piedra.
Su obra refleja el paisaje brasileño, en particular la flora amazónica, y su constante preocupación por la preservación del medio ambiente.
En Sitio, dos pabellones proyectados por el arquitecto Jaime Cupertino, abrigan actualmente más de trescientas obras del artista.
En el futuro, con más de cinco construcciones proyectadas, se constituirá el Museo que llevará el nombre del artista.