Francisco del Rivero

También decidió mandar a Oruro como sospechosos a Francisco del Rivero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, con el pretexto de que allí desempeñarían cargos honrosos y bien dotados.

Desde allí les fue posible ponerse en relación con muchos cochabambinos para trabajar a favor de la independencia.

Carrasco, Oropeza, Montesinos, Oquendo, Arauco y Ferrufino hubieron de ser los primeros en acoger esas tan generosas aspiraciones.

Además, los directores del movimiento que se iniciaba sabían que el mencionado regimiento debía dirigirse en breve al sur, para incorporarse a las tropas de Nieto que esperaban refuerzos en Tupiza, a fin de abrir campaña contra el primer Ejército Auxiliar del Alto Perú, comandado por Juan José Castelli, y quisieron aprovechar de tan ventajosa coyuntura para despertar ideas de resistencia en la fuerza armada, empujándola resueltamente a la revolución.

No saldréis de aquí sino conmigo y para defenderla con lustras armas.

Como nuevo gobernador correspondió satisfactoriamente a la confianza del pueblo.

Luego de cruzar el río Desaguadero, González se enteró de que, en el poblado de Pizacoma, operaba una patrulla que Goyeneche había enviado para controlar los caminos que desde el suroeste conducían al Puente del Inca y Zepita.

El 17 de mayo de 1811, la caballería cochabambina cayó sorpresivamente sobre Pizacoma logrando capturar casi todas las armas, caballos y monturas, produciendo cuatro muertos y 41 prisioneros.

Goyeneche reclamó en vano que devolvieran lo capturado pues regia el armisticio: «La falta de subordinación y disciplina de las tumultuarias tropas ni atendía reclamaciones ni obedecía las órdenes del que las mandaba y dirigía».

Eustoquio Díaz Vélez intentó justificar la escaramuza diciendo que esas patrullas que salieron de Jesús de Machaca no estaban enteradas del armisticio pactado.

En su parte a la Junta provincial de Potosí, Rivero explica que «mi división del ala izquierda fue destinada por orden del día anterior del señor representante a dirigirse por el puente nuevo a tomar la retaguardia al enemigo con precisa prevención de que no pudiese operar fuera de aquel punto aun en caso de ver derrotado el cuerpo del ejército».

[2]​ El 11 de julio, Goyeneche envió a Rivero una carta requiriendo la sumisión de Cochabamba, a la que Rivero respondió el día 18 que tras investigar la «opinión pública» confirmaba que «unánimes se resuelven todos a morir en defensa de su actual gobierno» y exigía el retiro de sus fuerzas a los límites del Virreinato del Perú.

A esos efectos, indicaba que «desde mañana debe principiar nuestra total reunión en los pueblos por barrios i en los campos por haciendas para dirijirnos a las quebradas de Arque i Tapacari, donde se prefijarán nuestras operaciones.

Antonio Allende fue nombrado gobernador y quedó destacada una guarnición de cien hombres al mando del comandante Santiesteban.

Alto Perú (1812).
Segundo levantamiento de Cochabamba.