Trabajó también como profesor de mineralogía y botánica.
Al poco de obtener la Cátedra como numerario en Historia Natural (que ejerció en Teruel, Oviedo y Jerez de la Frontera), fue llamado para formar parte, como zoólogo, de la Comisión Científica del Pacífico, puesto que aceptó de inmediato.
Destacan las obtenidas en Brasil, Uruguay, Argentina (Patagonia y Malvinas), Chile, California y Ecuador, punto desde el cual participó en la denominada segunda expedición, internándose camino de Brasil a través de los Andes, para regresar a España, no sin grandes problemas, en enero de 1866.
Homenajeado a su vuelta, fue nombrado Catedrático supernumerario en la Universidad Central y, en 1872, ganó la Cátedra de Zoografía de Vertebrados.
Fue condecorado con la Real y Americana Orden de Isabel la Católica.