Permaneció soltero toda su vida y murió sin dejar descendencia.
Entra muy joven a la armada ya que participaba en la expedición de Saboya desde 1628 con tan sólo doce años.
Se esconde primero en el Castillo de Chenonceau y después en Vendôme.
Sometido, se reconcilia con la Corona en 1653, y estuvo a cargo de varias expediciones importantes.
Nombrado con el cargo de gran maestro, jefe y superintendente general de la navegación, comanda en 1662 la flota francesa y logra varios éxitos contra los turcos en el Mediterráneo.