Cuando Francisco tiene 11 años, su padre, el médico converso Antonio Sánchez, receloso de la Inquisición, decidió trasladarse con su familia a Francia y se establecieron en Burdeos.Declara en el prólogo a su obra filosófica más ambiciosa, De multum nobili et prima universali scentia.Sánchez escribió el prólogo de su Quod nihil scitur en 1576 y la obra cartesiana se parece tanto en lo inicial a la suya que el francés Pierre Daniel Huet acusó incluso al famoso filósofo de haberle plagiado en lo atinente a la "duda metódica", y es verdad que las primeras páginas del Discurso del método recuerdan bastante el prólogo de Sánchez.Cuenta Sánchez cómo su curiosidad se le indigestó no hallando nada que colmara su deseo de conocer, y como en los antiguos no encontró más que "sombras de verdad", tuvo que volver a sí mismo, como si nada se hubiera dicho jamás, empezando a examinar las cosas mismas.Como Descartes, Francisco Sánchez se dirige a quienes no están obligados a admitir argumentos de autoridad y examinan las cosas con su propio criterio, "guiados por los sentidos y la razón".La verdad —escribe Sánchez— no consiste en repetir lo que otros dicen, sino en describir la realidad tal como ella es.