Alcanzó el puesto de deán del Cabildo de Córdoba y asistió en 1570 como representante del rey Felipe II al capítulo provincial de la Orden Trinitaria celebrado en la ciudad.
[1] Fue designado, por el Papa Gregorio XIII a propuesta del rey Felipe II, obispo de Málaga en 1574, aunque no tomó posesión hasta 1576.
Ayudó a los afectados por las pestes de 1580 y 1585, y por el gran terremoto de 1581 visitándolos en el Hospital de la torre Fonseca y gastando en su ayuda todas sus rentas.
[1] También avanzaron mucho las obras de la Catedral de Málaga, se terminó la sacristía mayor y se adornó la capilla mayor, contribuyendo el obispo con una suma de dinero.
En 1581 sintió un gran terremoto en la ciudad mientras que estaba reunido con su Cabildo, sufriendo grandes daños el palacio episcopal de Málaga y otros edificios, aunque sin mayores consecuencias, por lo que declararon festivo el 18 de junio, día de los santos mártires Ciriaco y Paula.