Embarcado en la fragata Juno, participó en la campaña del Rosellón contra la República Francesa.
En 1798, estuvo presente en el arsenal de Cádiz, al ser atacado por los británicos.
Fue llamado a Sevilla, y estando en ella, al ser atacada por los ejércitos napoleónicos, participó en su defensa.
En 1817 estuvo al mando de la fragata Diana, y al ser ascendido a capitán de navío ese mismo año se le dio el mando del navío Fernando VII, uno de los famosos navíos podridos comprados a Rusia.
En 1822 se le otorgó el del navío Guerrero, y en 1825 fue ascendido a brigadier.