El primero, un breve resumen editado en Toledo que incluye la bastarda y la redonda, con 25 láminas en xilografía.
Más tarde entró al servicio del rey Felipe II, para educar al príncipe Fernando, que falleció en 1578 a los seis años.
Mantuvo su escuela hasta la década de 1580, en que volvió a Sevilla, donde presuntamente falleció muchos años después.
[2] Fueron también discípulos suyos Andrés Brun y el pendolista Juan de la Cuesta, homónimo del impresor madrileño.
Hasta fines del XVIII no se amplió el repertorio de formas de letra manuscrita en las escuelas españolas.