Este año entró en la sociedad El Porvenir que reunía a los demócratas del partido progresista, encargándose de las lecciones dedicadas al socialismo, pronto suspendidas.
[3] Con Sixto Cámara, Leandro Rubio y Antonio Ignacio Cervera fundó en 1851 La Tribuna del Pueblo, nuevo órgano de prensa dedicado a la difusión de las ideas democráticas.
Fue durante el Bienio Progresista uno de los demócratas que optaron por aceptar cargos políticos, creyendo favorecería a su causa la colaboración con los progresistas puros, siendo designado secretario del gobierno civil de Cáceres, pero tras la reacción de O'Donnell presentó la dimisión y se retiró a Albacete donde abrió un bufete.
En 1861, muerto su padre, se estableció en Hellín para ocuparse de su hacienda.
[5] Con el mismo espíritu editó en 1871 el opúsculo La infalibilidad del Papa: Del poder temporal y de la supremacía espiritual que se atribuye el Pontífice Romano en respuesta al dogma aprobado un año antes por el Concilio Vaticano I de la infalibilidad papal.