Por su gran prestigio, inteligencia y habilidad para las sutilezas escolásticas, la obra de Henríquez de Villacorta fue una importante barrera para el movimiento novator que en los últimos lustros de la centuria protagonizaron Juan de Cabriada, Juan Bautista Juanini, José Lucas Casalete y otros autores.
[4] Ese papel era todavía recordado a mediados del siglo siguiente por destacados seguidores de diferentes tendencias modernas.
El antisistemático Martín Martínez lo rememoró como "un genio nacido para corromper el entendimiento de la juventud médica"; y el iatromecánico Miguel Rodríguez afirmó que los renovadores de la enseñanza médica en Alcalá "declararon la guerra a Pedro Miguel (de Heredia) y a Henríquez".
[5] Entre 1670 y 1680 publicó sus obras en tres volúmenes, que incluyen textos sobre fisiología, patología general y especial, terapéutica y dietética; varios de ellos, destinados a la preparación del grado de doctor en medicina en la Universidad de Alcalá, por lo que popularmente se conocía a esta obra como "tentativa".
Su contenido se atiene estrictamente al sistema galénico y a sus comentaristas, con los que se polemiza a menudo en cuestiones concretas sobre una base meramente especulativa.