Francisco Javier Argerich

Estudió en la Universidad de Córdoba, graduándose como maestro en artes, y continuó sus estudios eclesiásticos, siendo ordenado sacerdote en 1789.

A fines de 1812 fue elegido representante del cabildo de Luján a la Asamblea General Constituyente que se reunió al año siguiente, destacándose como uno de los pocos diputados que se mantuvieron al margen de la presión que la Logia Lautaro ejercía sobre la Asamblea.

En plena Anarquía del Año XX, la mayor parte de los trofeos y tesoros de la Basílica de Luján fueron robados, aparentemente por tropas que respondían a las autoridades de Buenos Aires, ya que escribió sucesivas quejas y exigencias a los gobiernos porteños para que le fueran devueltas.

En 1824 recibió en Luján a monseñor Giovanni Muzi, enviado por el papa Pío VII como nuncio apostólico a Chile, y que fuera el primer legado pontificio de América del Sur, y por el cual la Santa Sede reconocía implícitamente la independencia de la América española.

El secretario del nuncio, Giovanni Maria Mastai Ferretti, sería años más tarde papa con el nombre de Pío IX.